miércoles, 19 de noviembre de 2014

Las mejores fotografías de zorros en el círculo polar

Incluso en los lugares más recónditos y fríos hay cosas preciosas. ¡En las fotografías de Ivan Kislov hay un buen ejemplo! No te lo pierdas.



¿Te parece que ha llegado el frío? ¡Pero si esto no es nada!

La región del noreste de Rusia llamada Chukotka es una tundra ártica inhabitable… Pero incluso en este escenario es posible encontrar vida y belleza. Un buen ejemplo son las imágenes que nos han llegado gracias al fotógrafo ruso Ivan Kislov, en las que podemos atisbar la vida de los zorros en el círculo polar.

 

 Fotógrafo por hobby

 

Kislov, que vive en la ciudad portuaria de Magadan, trabaja en Chukotka como ingeniero de minas. En su tiempo libre la fotografía le ayuda a escapar de la rutina y relajarse, para lo cual visita lugares de difícil acceso y observa la naturaleza, dando como resultado unas fotos que no tienen nada que envidiar a las de National Geographic.

Dentro de las distintas criaturas que ha podido fotografiar (osos, renos, lobos…) su preferida es el zorro, que según sus palabras “es mucho más curioso y se acerca bastante mientras lo fotografío desde cada ángulo”.

Os dejamos algunas de las imágenes que más nos han gustado de este artista; ¡eso sí, dan mucho frío!













Podéis ver muchas más fotografías de este artista aquí. ¿Qué os parece su trabajo?


2 comentarios:

  1. Me gustan los zorros, pero gracias a estas fotos aun me gustan más.
    Durante unas semanas vivi en las afueras de Londres y cada mañana le veia bajar a los contenedores de comida a husmear. Flipaba en colores.
    Y por ultimo me acabo de dar cuenta que estaban en mi top five a la misma altura casi que los pandas porque durante mucho tiempo edité esta foto para motivarme:

    http://goo.gl/EZjqTP

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    1. ¡Me encanta la foto! :)

      ¡Qué envidia! Yo apenas he visto zorros en la vida real. Una vez, en el campo con unos amigos, uno se nos acercó a un par de metros para pedirnos comida. Le tiramos patatas y cacahuetes, se los comió y se fué.

      Al rato, mientras estabamos comiéndo los bocatas, un compañero dejó el suyo para beber agua, y cuando quiso volver a comer, su bocadillo estaba abierto, a unos metros y sólo quedaba el pan. Y unos metros más allá estaba el zorro devorando el chorizo o lo que fuera con una enorme cara de satisfacción, algo así como "lo cacé yo mismo".

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